Comenzamos esta magnifica experiencia bien tempranito, y sin dormir mucho por los nervios. Pero no importa, porque estamos decididos a sacarle todo el partido a este viaje.
Previamente, en el cole, hemos realizado varias actividades: un video mostrando nuestro colegio, hemos buscado un botijo y lo hemos pintado con el logo del centro, hemos realizado presentaciones para enseñar a las familias y llevamos una muestra del trabajo de los abanicos y los tacones en patchwork realizado por el alumnado del Tomás de Ybarra.
Hemos tenido varias escalas, primero en Barcelona y luego en Copenhagen.
Al llegar allí teníamos que esperar un buen rato hasta coger un avión pequeño de hélices hasta Viborg, nuestro destino.
El aeropuerto de Copenhagen está pensado para adultos y para familias con niños. Dispone de un área de juegos, con futbolín y otros juegos, que hacen la espera mucho más llevadera.
Allí estaban los de Gales y, como si de imanes se tratara, enseguida hicieron amistad y se pusieron a jugar al futbolín. Un momento muy bueno para romper el hielo.
Finalmente, después de 14 horas sin parar, las familias nos recibieron calurosamente y nos fuimos a descansar.
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